martes, 23 de noviembre de 2010

LA FIESTA

LA FIESTA
El sol cada día se esconde, juguetea con la tierra
será cuestión de minutos, todo quedará en tinieblas
para ello tiene un cómplice, siempre se oculta,
detrás de de la misma sierra.
La tierra se queda opaca desamparada  
a merced de las tinieblas.
La luna siempre dispuesta, siempre está alerta la luna
cuando el sol desaparece, ella desde su balcón
 nos ilumina la tierra.
La luna nunca va sola la acompañan mil estrellas
que como bellas doncellas, embellecen y agasajan .
 Se dice que en luna llena, los duendecillos del bosque,
se reúnen, celebran fiestas, danzan y saltan al compas
alrededor de una hoguera. Como invitadas de honor
asisten todas las hadas.
Todas con trajes bordados, lucen sus mejores galas
 como adorno principal, llevan sus baritas mágicas.
Con piedras preciosas adornan, su bella corona.
 Hasta que despierta el alba sigue y continúa la fiesta.
Los claros del día despuntan se vislumbran en la montaña
el sol de nuevo despierta, adornando con sus rayos
 toda la faz de la tierra
A RUEDA 3  /  11  /  2010


viernes, 12 de noviembre de 2010

EL VIENTO

EL VIENTO
El frio viento en la noche sopla
Calles desiertas, silencio
el pueblo duerme.
En su soledad, busca un refugio,
busca un resquicio en cualquier puerta.
Una ventana entreabierta,
el calor de un hogar
pero no lo encuentra
en cualquier calle, un perro ladra,
en un rincón maúlla un gato.
No tienen casa, la noche es fría
la noche es larga.

martes, 9 de noviembre de 2010

LA NOCHE

Corría en el espesor de la noche todo lo que mis piernas me permitían el grito desgarrador había sido claro. Papa ayúdame, la terrible tormenta daba los últimos coletazos, el río desbordado se había cebado con el paraje. El agua había corrido a raudales arrastrando fango, maleza y árboles que les fue imposible oponer resistencia a aquella mole de agua y viento. Mis piernas se hundían en el resbaladizo fango de lo que horas antes había sido un camino, que yo creía que me llevaba a la mísera cabaña que se encontraba al otro lado del bosque. Las ramas de los árboles caídos dificultaban mi avance, la ropa que llevaba estaba lastimosa, llena de jirones por todos partes, creía que no llegaría nunca, el tiempo jugaba en mi contra. No sabia contra que ni con quien tendría que dirimir mis escasas fuerzas llegado el momento. Mi cabeza era un hormiguero, abundantes ideas confusas bullían en mi mente. Pedrito era un niño normal, travieso como todos los niños de su edad, pero nada dejaba entrever que tuviera enemigos. Más bien al contrario se hacia querer, era sociable tenia muchos amigos, yo no entendía nada de lo que estaba sucediendo. Quien podría querer hacer daño a un niño de tan corta edad. El viento, aunque no con tanta virulencia seguía embistiendo sobre la arboleda. Sus dañadas ramas crujían despavoridas, mientras sus hojas temblaban a mi paso. Ya se dejaba entrever la claridad al otro lado del bosque, la maltrecha choza se distinguía entre la espesura del bosque. La voz de Pedrito sonaba cada vez más clara. ¡Papa ayúdanos! (A mi hermana noooo) suéltala bicho repugnante. Cuando tenía esperanzas de que todo terminara pudiendo rescatar a mis dos hijos algo inesperado vino a empeorar la angustiosa situación. La oscuridad dio un paso a tras, la espesa niebla cayó como una mole sobre el bosque, todo quedó en penumbra. No se de donde salió una sonora y escandalosa risa ja ja ja ja que ensordeció mis oídos. – por fin has venido dijo, hace tiempo que te espero, te has atrevido a traspasar el límite de mi territorio. Eres un osado que desafiando mis reglas te has permitido irrumpir en la tranquilidad de mi reino, lo pagaras como mereces, vagarás para siempre entre tinieblas. Serás mi humilde esclavo y nunca más volverás a ver a tus hijos que los tengo a buen recaudo y serán los herederos de mi reino. Me quedé petrificado, no daba crédito a lo que es cuchaba. De pronto sonó un fuerte viento. Un nublo en forma de gigante extendió sobre mi sus poderosos tentáculos que me atenazaron como garfios, con fuerza desgarradora me elevo como si fuese una pluma en el aire haciéndome partícipe del entorno. ( No veré mas a mis hijos no veré más a mis hijos). Estas palabras zumbaban en mis doloridos oídos como certeros cañonazos. De pronto se hizo la nada, un sobrecogedor silencio se apoderó de mi vida, solo existía el más haya.
Los ojos me pesaban, sentía dentro de mis sienes como una manada de potros salvajes cabalgando desmesuradamente hacia ninguna parte, un sudor frío cubría mi calenturienta mente, ideas muy vagas aparecían y desaparecían, un leve susurro, vino a sacarme del encasilla miento que estaba torturándome. Unas manos suaves como nubes de algodón acariciaban mi dolorida frente. Amor mío ya paso todo. Abrí los ojos y creí que todavía estaba soñando, que mi ángel salvador había venido al rescate y reposaba en sus adorados brazos, pasados unos momentos escuche en el dormitorio contiguo unos niños que con sus juegos alborotaban, mi vida se lleno de regocijo. Luisa acurruco mi cabeza entre sus senos, y entre de pleno en la Gloria.
A.RUEDA 19 / 7 / 2010

viernes, 5 de noviembre de 2010

SI TU QUISIERAS

SI TU QUISIERAS
Si tú quisieras seria tu sol
 si tú quisieras seria tu aire
Si tu quisieras seria tu lluvia
 todo eso seria yo
 solo si me lo pidieras
Sol para darte calor
 aire para abanicarte
Lluvia para perfumarte
A RUEDA  5  /  11  /  2010

lunes, 1 de noviembre de 2010

VALLE DE ARAN



VALLE DE ARAN
Valle de Aran, pulmón de la Cataluña norte,
praderas bellas, bordadas con hilos de  fina hierba
Un sinfín de riachuelos, de pura y cristalina agua
discurre viva, sonora, alegrando los senderos.

Que decir de tus montañas, hay una leyenda que dice
que en las noches de verano
 los astros del firmamento la vienen a visitar,
estrellas de mil colores, hacen en ellas un alto.  

Montañas con sus secretos, rodeadas de misterio.
Finas y esbeltas las cumbres, siempre apuntan al cielo
donde todos los inviernos, se posan palomas blancas
 vienen llovidas del cielo, bajando en desbandada.

Anónimos  paseantes pasean por tus senderos
con tu poderío  embrujas. Que fácil es enamorarse
de tus paisajes, de tus lagos, de tus ríos y si miras hacia
arriba hasta de las aves del cielo.

A.RUEDA  1  /  11  /  2010



EL MILAGRO DE LA VIDA
Un diminuto ser con su  carita de ángel
Con un cuerpecito frágil a acabado de nacer.
Su corta vida discurre entre pañales y llanto
 sonrisas tiernas y frescas,
florecen en sus bellos labios.

Hay quien se atreve a decir que la felicidad no existe,
pero yo lo pongo en duda,
al observar a la madre, arropando aquella cuna

no lo cambiaría por nada, la sensación que ella siente,
el corazón se le sale lo besa lo estruja
al decir sus primeras palabras solo ella las entiende
que placer sienten los niños
 cuando los arropa los arropa su madre.
A RUEDA  31  /  10  /  2010